¿Sauna de infrarrojos o sauna finlandesa? Las diferencias y los beneficios.
¿Sauna de infrarrojos o sauna finlandesa? En realidad son dos tratamientos, muchas veces ambos presentes en los caseríos con spa, muy diferentes entre sí, cada uno con su propio método y sus propios beneficios. Si la sauna finlandesa, por así decirlo más clásica, consiste en calentar mediante piedras, la sauna de infrarrojos es en cambio un baño de calor seco. Se realiza mejor en cabina y permite que el cuerpo absorba el calor durante más tiempo.
A continuación te presentamos las principales diferencias entre los dos tipos de sauna y cuáles son los beneficios de la de infrarrojos.
Sauna: las diferencias entre la de infrarrojos y la finlandesa
La sauna de infrarrojos: qué es y cómo funciona
La sauna de infrarrojos se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años y consiste en un baño de calor seco que proporciona una sensación de bienestar inmediata. A diferencia de la sauna finlandesa normal , el cuerpo es capaz de absorber una mayor cantidad de calor, por lo que la temperatura interna de la cabina y la humedad son considerablemente más bajas, alrededor de 60 grados centígrados.
Sus características también permiten que el cuerpo permanezca más tiempo en el calor, hasta un máximo de 30 minutos sin interrupciones, pero sobre todo sin tomar duchas frías. La cuestión de las duchas frías es precisamente una de las principales diferencias entre los dos tipos de sauna: si son necesarias para la finlandesa, no son en absoluto recomendables para la de infrarrojos, porque se corre el riesgo de provocar desmayos. En este caso tendrás que entrar en cabina perfectamente seco y podrás darte una ducha caliente al finalizar el tratamiento.
Es igualmente importante tener cuidado al salir de la sauna, porque el cuerpo debe volver a acostumbrarse lentamente a la temperatura exterior. Por este motivo, hay que abrir la puerta para bajar la temperatura interna y sólo después de unos minutos de adaptación, se podrá salir. Muchos se preguntan si la sauna de infrarrojos es peligrosa y la respuesta general es no, siempre y cuando se utilicen las precauciones habituales recomendadas también para la sauna finlandesa y el baño turco.
Sauna finlandesa: beneficios y contraindicaciones.
Según los expertos, este tipo de tratamiento permite expulsar toxinas y sustancias nocivas para el organismo, en particular colesterol, metales pesados, sodio y ácido úrico. Uno de los principales beneficios de la sauna finlandesa es su poder desintoxicante.
Además, este tipo de tratamiento es adecuado para:
- aliviar dolores articulares y musculares como el dolor lumbar de espalda;
- regular la presión arterial y por tanto reducir posibles problemas cardíacos;
- combatir el insomnio y la fatiga crónica.
Si quieres probar la experiencia de la sauna finlandesa o la sauna de infrarrojos, las contraindicaciones deben ser claras. En particular, el tratamiento no se recomienda en caso de:
- el embarazo;
- período;
- heridas superficiales;
- si está bajo la influencia del alcohol;
- fiebre y organismo debilitado;
- tumores, enfermedad de Parkinson, diabetes y esclerosis múltiple.
Además, no está recomendado para niños menores de 6 años y personas mayores de 75 años. Al igual que con otros tipos de sauna, hay que tener cuidado con los golpes de calor y hay que evitar repetir el tratamiento varias veces al día, aunque se puede realizar una vez al día.
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