Sábalo: características del pescado y receta.
El sábalo es un pez de agua dulce que podemos encontrar fácilmente en las aguas de los grandes lagos prealpinos italianos como el lago Maggiore, el lago Iseo o el lago Como; pero también se han introducido fácilmente en lagos de origen volcánico como el lago Bracciano o el lago Albano. En boca tiene un sabor muy particular que recuerda un poco a la sardina de mar. Lee todas sus características y cómo se cocina tradicionalmente aquí.
Sábalo: ¿cuáles son las características de los peces de lago?
El sábalo es un pez de lago que parece tener una forma cónica y alargada. Un ejemplar de tamaño mediano mide entre 10 y 15 cm, pero se han encontrado ejemplares bastante grandes que llegan a medir 30 cm. El peso suele variar entre 150 y 250 gramos.
En lagos como el de Como, el Shad es de menor tamaño, con manchas características en el lomo iguales a 4 o 5; en lagos como el de Lugano o el de Garda, los ejemplares son de mayor tamaño y presentan 9 o 10 manchas en el lomo.
La dieta del sábalo es planctófaga durante los 2 o 3 primeros años de vida, para luego pasar a ser ictiófaga o incluso omnívora durante el resto de su vida. es la vida.
Una receta tradicional: Missoltini
Missoltini (en dialecto de Como y Lecco missultìtt o missultén) es una especialidad culinaria -típica de las zonas que rodean el lago de Como- a base de sábalo, el pescado del lago tan común como apreciado .
La pesca de este pez parece estar regulada desde la Edad Media, y sólo es posible practicarla legalmente durante el final de la primavera, en los meses de junio y julio, después de la temporada de desove.
La receta Missoltini tiene orígenes bastante antiguos y requiere que el sábalo, una vez capturado, sea destripado, limpiado, salado y dejado secar al sol. Una vez seco, el pescado se colocó en un recipiente con hojas de laurel y se cubrió con un peso para facilitar la compresión.
El aceite que se derramaba tras esta práctica mecánica se recogía y se reutilizaba, por ejemplo, para alimentar lámparas de aceite.
Con este tratamiento, Missoltini podría conservarse durante mucho tiempo y consumirse durante el período invernal. Según la tradición, el Missoltini -para consumir- debe lavarse previamente con agua y vinagre para eliminar los residuos de sal y grasa sedimentada; luego se tuesta en una parrilla caliente durante unos minutos y luego se retira de las hojuelas.
Ahora que finaliza la preparación, se pueden servir con un aderezo a base de aceite de oliva virgen extra, vinagre y perejil, acompañado de una guarnición de polenta tostada y ensalada loca.
El sábalo, aunque no muy extendido ni conocido, es un pescado que te sorprenderá por su sabor, ¡sobre todo si se potencia con la elaboración de su receta tradicional!
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