Las patas traseras del perro ceden: causas y soluciones
No siempre es fácil saber si el perro está enfermo o no: a veces los signos de enfermedad pueden ser mal entendidos o poco visibles para un ojo distraído. En otros casos, sin embargo, es casi imposible equivocarse. Un síntoma revelador del que no hay duda, por ejemplo, se produce cuando al perro le cuesta moverse, por ejemplo porque sus patas traseras ceden al caminar. Una visita al veterinario puede aclarar la naturaleza exacta y la gravedad de este problema, que también podría tener que ver con artrosis u otros problemas osteoarticulares que, aunque son más frecuentes en perros mayores, también pueden presentarse en perros jóvenes.
¿Por qué ceden las patas traseras del perro?
Como hemos comentado, debemos tener cuidado sobre todo si nuestro amigo de cuatro patas ya tiene algunos años. Los perros mayores son más propensos a sufrir diversos problemas de salud, como la incontinencia, y es normal que huesos, articulaciones y músculos también se resientan a medida que envejecen. Si las patas traseras ceden, significa que esta parte del cuerpo probablemente sea una fuente de dolor para nuestro amigo de cuatro patas. Además, si el perro en cuestión es de edad avanzada y además presenta otros comportamientos inusuales (como marcha lenta o balanceada, dificultad para moverse o levantarse de una posición de reposo, rigidez en las patas...), es posible que la causa sea una artrosis.
Artrosis en perros: síntomas, remedios y soluciones
La osteoartritis en perros es una patología inflamatoria que afecta a toda la articulación, con efectos negativos también en huesos y cartílagos. Se trata de una enfermedad crónica, por lo que es muy probable que el perro que la padece también presente otros síntomas más sutiles pero igualmente importantes. De hecho, un dolor prolongado podría provocar pérdida de apetito y pereza aparente, o inquietud y agitación. Nuevamente, el dueño puede notar que el perro no juega ni camina con tanta voluntad como antes. El sufrimiento también puede hacer que el perro sea más solitario o más agresivo.
El diagnóstico definitivo de la artrosis corresponde naturalmente al veterinario, que puede proceder a exámenes más profundos teniendo en cuenta todos los factores útiles (además de la edad del perro, por ejemplo, también la predisposición genética y el tipo de dolor que puede tener). aparecieron progresiva o rápidamente). El veterinario también es responsable de prescribir posibles suplementos y tratamientos. Se utilizan especialmente, por ejemplo, suplementos a base de vitaminas o hierbas con efecto antiinflamatorio. Ninguno de estos remedios puede ser una cura definitiva, porque la artrosis es, como se mencionó, una condición crónica: su propósito es reducir la inflamación, reducir el dolor y fortalecer los tejidos articulares y cartilaginosos.
Otra solución útil, aunque tampoco definitiva, es equipar la caseta del perro con colchones especiales ortopédicos o viscoelásticos, fabricados específicamente para evitar una tensión excesiva en las patas traseras. Se pueden encontrar a la venta en la mayoría de las tiendas de mascotas bien surtidas. También es útil saber que la artrosis se puede prevenir en parte siguiendo una dieta saludable: puedes pedir consejo a tu veterinario para establecer inmediatamente una dieta que sea aliada a la salud de tu perro a largo plazo. Algunas pruebas, que se realizarán ya en los primeros años de vida del cachorro, también pueden revelar si existe alguna predisposición genética que conduzca a problemas osteoarticulares en el futuro.
Patas que ceden en el perro anciano: todas las causas
Aparte de la osteoartritis, si las patas fallan en un perro mayor, también existen otras causas que el veterinario probablemente tendrá en cuenta antes de realizar el diagnóstico. De hecho, la causa también podría ser un problema de columna, displasia de cadera o una enfermedad degenerativa como la mielopatía degenerativa. Al afectar a la médula espinal, esta última patología (que sólo afecta a perros que tienen predisposición genética) conduce a una debilidad progresiva de las patas traseras, hasta la parálisis.
¿Por qué las patas ceden incluso en los perros jóvenes?
Incluso los perros jóvenes pueden experimentar el problema de las patas traseras flojas, lo que les dificulta moverse o levantarse. Una posible causa a tener en cuenta en estos casos son traumatismos, golpes y heridas accidentales que puedan haber comprometido temporalmente la movilidad. Sin embargo, si no ha ocurrido nada que pueda justificar este evidente dolor en las patas traseras, entonces conviene proceder a exámenes en profundidad.
La displasia de cadera que ya hemos mencionado, de hecho, puede afectar tanto a perros mayores como a perros más jóvenes: se trata de una enfermedad genética, especialmente extendida entre las razas medianas y grandes, que implica una configuración anómala de la articulación de la cadera. Otras causas de la flacidez de las piernas pueden ser las lesiones de la columna. La osteoartritis tampoco afecta sólo a perros mayores sino que también puede ocurrir en perros más jóvenes, aunque es más rara.
Cuando no existe una cura definitiva, la solución también en estos casos es más paliativa que otra cosa: se toman suplementos para reducir el dolor y eventualmente se proporcionan equipos, como casetas ortopédicas, que garantizan el mayor confort posible a nuestro amigo de cuatro patas. piernas.
¿Has notado que el perro tiene un andar extraño, cojea y sus patas traseras ceden? Mejor no perder el tiempo y pedir consejo a un veterinario inmediatamente: busca el más cercano a ti en PagineGialle.
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